Cuando la espalda pierde su nombre

Te habla y no la escuchas. No te aguanta, ni la aguantas. Vaya! No hay otra media naranja que te haga levantarte cada mañana, pero es capaz también de dejarte tumbado. Y, sin embargo, esta compañera es para toda la vida. No se puede deshojar la margarita.

Una de las principales causas de absentismo laboral, que no respeta almas de Peter Pan para echarte en la cama a partir de unos juveniles 35 años. Nos pone los ‘anillos’, y nos hace rozar la eternidad, inicia su acoso y derribo.

La cuestión es que esta diosa no busca guerra, pero “Tú” inicias la batalla… Ignorándola.

Y el reposo se convierte en un falso aliado con el que hacer migas. Te susurra por la noche. Y te manda mensajitos, diríamos, celoso, cuando estás en el ordenador.

Entonces, nos seducen los ‘estiramientos’. Pero, entramos en ese círculo vicioso:

Si no fortaleces tu columna, tu umbral de tolerancia no aumenta. Tu resistencia al estrés, a la rutina de tu vida diaria será el mismo.

Apto para todos los públicos, la película empieza por ejercitar la movilidad articular de tu columna con ejercicios de contracción y relajación de todos los músculos implicados y potenciar la estabilidad pélvica. Glúteos y cuádriceps, fundamentales, para que hagan sentir a esa diosa de la columna vertebral tocar el cielo con sus músculos erectores en la arquitectura del amor y no la guerra.

Los tópicos de que “solo necesito estirar cuando me duele” o “solo voy al gimnasio para sudar” hace tiempo que nos engañan.

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